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Peligrosa condición de salud se asocia inesperadamente con un menor riesgo de demencia

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Para su investigación, un grupo de científicos analizó los datos de más de 5.000 personas.
Peligrosa condición de salud se asocia inesperadamente con un menor riesgo de demencia

Un reciente estudio publicado en la revista Neurology develó que las personas con sobrepeso y obesidad tienen menor riesgo de desarrollar demencia que aquellas con peso normal; además, la gente que perdió peso entre la edad adulta y la vejez, posee un mayor riesgo de desarrollar tal padecimiento en comparación con los que mantuvieron un peso estable.

El autor del estudio, Ethan J. Cannon, y su equipo observaron que la obesidad en adultos es un factor de riesgo para la demencia. Sin embargo, los estudios han indicado que en la vejez dicha condición se asocia con un menor riesgo.

¿Cómo llegaron a esa conclusión?

Los autores plantearon la hipótesis de que la gente que perdió peso durante la adultez y la ancianidad tendrían un mayor riesgo de demencia, incluso más que las personas con peso normal que mantuvieron un peso estable.

Los científicos analizaron los datos de un estudio longitudinal llevado a cabo en EE.UU. entre 1987 y 1989 con la participación de más de 15.000 adultos que tenían entre 45 y 64 años al inicio de las pruebas. Durante la investigación se les realizaron múltiples visitas de seguimiento hasta el año 2020. No obstante, para la reciente publicación solamente fueron incluidos los datos de 5.129 participantes.

El grupo de investigadores utilizó los datos sobre el peso y el índice de masa corporal (IMC) de los encuestados en la adultez y la vejez. La información fue vinculada a los diagnósticos de demencia mediante una combinación de pruebas neuropsicológicas que fueron realizadas en persona, a través de entrevistas telefónicas, así como de registros de alta hospitalaria y certificados de defunción.

Primero examinaron si el IMC en adultos mayores era capaz por sí mismo de predecir el futuro riesgo de demencia. En comparación con estudios previos, las personas con sobrepeso u obesidad entre 2011 y 2012 mostraron menos probabilidades de riesgo.

Hallazgos 

Tras sus observaciones, los especialistas se dieron cuenta de que quienes tenían sobrepeso tenían un 14 % menos de posibilidades mientras que quienes eran obesos un 19 % en comparación con las personas que mostraban un peso normal.

Sin embargo, cuando consideraron el cambio de peso entre la adultez y la ancianidad, el patrón cambió. Los participantes que mantuvieron un peso normal durante este periodo de 15 años arrojaron menos posibilidades. Por otro lado, aquellos que perdieron al menos 2 kg de IMC durante ese periodo, tuvieron un riesgo elevado, independientemente de su categoría de IMC en la vejez.

Incluso las personas que aumentaron de peso y fueron clasificadas como obesas en la ancianidad presentaron un riesgo ligeramente mayor de demencia, aproximadamente un 29 % mayor que el grupo de referencia.

Los hallazgos sugieren que tal paradoja podría explicarse, al menos en parte, por la pérdida de peso involuntaria asociada a un deterioro subyacente de la salud.  

Los investigadores destacan que el diseño del studio no permite deriver inferencias causales de los resultados, es decir, un mayor peso al final de la vida no debe interpretarse como 'protección'. Los especialistas resaltan que las trayectorias de cambio de peso pueden servir como una señal importante para la evaluación del riesgo de demencia.

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